Los dos ODS que analizan el ecosistema en general lo dividen en vida submarina y vida en la tierra. Los océanos, y los ríos y cuencas hidrográficas que se vinculan a ellos, son la parte más grande de nuestro ecosistema. El 40 % de la población mundial vive a menos de 100 km de la costa y todos dependemos, directa o indirectamente, del mar. Estamos analizando cómo las universidades protegen y mejoran los ecosistemas acuáticos, como lagos, estanques, arroyos, humedales, ríos, estuarios y el mar abierto. La gestión cuidadosa de este recurso global esencial es una característica clave de un futuro sostenible.
Salvar nuestro océano debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es fundamental para la salud de las personas y nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas deben gestionarse de manera eficaz y contar con recursos suficientes, y deben establecerse regulaciones para reducir la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.
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