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Genios de la economía

Milton Friedman fue un economista, estadístico e intelectual estadounidense de origen judío ganador del Premio Nobel de Economía de 1976 y una de las principales figuras y referentes del liberalismo.

Fue fundador de la teoría monetarista, según la cual las fuerzas del libre mercado son más eficientes que la intervención pública a la hora de fomentar un crecimiento económico estable sin tensiones inflacionistas.

Joan Violet Robinson nació en Camberley, Inglaterra, y está considerada una de las economistas más importantes del siglo XX. Extraía de la teoría económica los conceptos necesarios para explicar la verdad, tratando de encontrar soluciones prácticas  a problemas reales.

No tardó en destacarse como una de las alumnas más aventajadas del gran economista John Maynard Keynes. El padre de la macroeconomía la ensalzó al considerarla una de las integrantes más brillantes del selecto grupo en el que situó a los mejores economistas de Cambridge.

Friedrich August von Hayek, fue un economista, jurista y filósofo vienés de la Escuela Austriaca. Especialmente conocido por recibir el Premio Nobel en 1974, Hayek fue un firme defensor del liberalismo y crítico de la economía planificada y el socialismo.

En 1974 recibiría el Premio Nobel de Economía “por su trabajo pionero en la teoría del dinero y las fluctuaciones económicas y sus análisis pioneros de la interdependencia de los fenómenos económicos, sociales e institucionales”.

Para Steven Pearlstein, profesor de la Universidad George Mason en Estados Unidos, Schumpeter "fue para la economía lo que Charles Darwin fue para la biología".

Lo han llamado uno de los mejores economistas del siglo XX, un genio, un profeta reivindicado por los vaivenes de la economía de las últimas dos décadas.

De hecho, para varios economistas, el siglo XXI va a ser "el siglo de Schumpeter".

John Maynard Keynes, fue un economista británico del siglo XX y uno de los economistas más importantes del siglo. Ejerció una gran influencia después del crac del 29. Sus teorías económicas han formado una escuela de pensamiento económico llamada keynesianismo en su honor.

Beatrice Potter Webb, es seguramente la economista que mayor influencia práctica ha ejercido. Del trabajo mano a mano con su marido Sidney Webb no sólo nacieron más de cien libros y artículos, sino que también vieron la luz destacados informes parlamentarios como el Minority Report que marcarían algunas de las claves de lo que iba a ser el Estado del Bienestar en la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Irving Fisher es reconocido como uno de los grandes economistas estadounidenses de la primera mitad del siglo XX. Entre sus campos de trabajo destacan el de la teoría monetaria, el de los ciclos económicos y el de las políticas estabilizadoras. Difundió ideas de la economía neoclásicas en Estados Unidos.

De origen austríaco y de formación en la abogacía, Menger fue uno de los principales pensadores de la llamada “economía Austriaca”.
A diferencia de los mencionados anteriormente Menger no atribuye el valor de las cosas al trabajo invertido para producirlas, sino a la relación de las mercancías con las necesidades de los individuos.
Con ello da paso a la teoría subjetiva del valor, que tiene como estandarte el que los precios se determinan en relación a qué tanto se desea un bien, así como a su disponibilidad.

Aunque formalmente no estudió Economía, muchos historiadores lo consideran como un economista muy importante debido a su principal obra: El Capital. Una de las obras sobre economía más leídas y estudiadas de todos los tiempos.

 

En este economista comienzan a hacerse notables dos temas: la distribución de los recursos y los rendimientos.
Sobre el primer punto concluyó que la libre circulación de las mercancías, es decir sin barreras comerciales como los impuestos, promueven una especialización productiva, que permea a todos con el comercio.
En cuanto a los rendimiento, detalló que cada unidad adicional de éstos es menor en relación a la anterior, y que para obtenerla se requieren más elementos productivos como maquinaria y trabajo.

Conocido como el padre de la economía política, Smith fue un paso más allá de lo propuesto por los fisiócratas y concluyó que el "valor" de las cosas está definido por el trabajo que se invierte en ellas.

Además concluyó que el mercado, escenario en donde se venden y compran mercancías y servicios, tiende a una autorregulación regida por la búsqueda individual del beneficio, situación cuasi divina, a la que llamó la Mano Invisible.